Nos encontramos en la mitad de nuestra temporada estival. Algunos estaremos trabajando y otros, sin embargo, estarán en la carretera viajando hacia un destino vacacional. Este artículo está pensado para dar unas premisas tanto para aquellas personas que vayan a la playa como para las que se encuentren en zonas de piscinas.

El bañador o el bikini son prendas de ropa a las que les debemos dedicar nuestra atención ya que su limpieza es muy importante para la higiene de las personas pues con un mal cuidado podemos llegar a contraer desde infecciones, gérmenes, bacterias hasta el moho. Debemos tener en cuenta que éstas prendas cada vez son más delicadas, pues aquellos bikinis de punto, franela y sarga han dado paso a un tejido mucho más elaborado con abalorios, tachuelas, encajes, perlitas, materiales diferentes o colores muy vivos los cuáles pretendemos que se conserven el mayor tiempo posible.

Lo primero que debemos hacer es lavar nuestros bañadores con agua corriente. No debemos utilizar ni el agua de la playa ni el de la piscina, pues lo que intentamos es quitar la arenilla o cloro que pueda contener. De esta manera, evitaremos que las fibras y los colores de los bañadores se deterioren.

Es preferible que todo se realice a mano; no debemos olvidar que es igual de importante que cualquier otra prenda delicada que tengamos.

Seguidamente se debe utilizar un jabón líquido para prendas delicadas. El detergente es más corrosivo por lo que si podemos, intentaremos no utilizarlo. Para lavar los bañadores no hace falta hacerlo con brusquedad, solo con dejarlos en agua y jabón durante unos minutos será suficiente ya que normalmente estas prendas no suelen tener manchas. En el caso de que sí tuviese alguna, sería de crema solar. En estos casos, podemos poner sobre la misma el jabón que hemos utilizado y frótela con las yemas de los dedos.

El aclarado debe hacerse con abundante agua para eliminar todo el jabón que hemos realizado. Un aspecto importante y que en muchas ocasiones se nos puede olvidar es que no debemos enrollarlos demasiados para escurrir el agua, se debe hacer con suavidad para evitar deformaciones de los mismos. Parece una tarea difícil pero no lo es. De esta manera estaremos a largando la vida de nuestros bañadores preferidos ya que año tras año es difícil encontrar uno que nos guste y siente bien.

Para el secado, debe realizarse a la sombra y a ser posible sin pinzas. Evitaremos que se queden marcas indeseadas. Si los ponemos al sol, con el traspaso de los días de verano, el color se irá empobreciendo y no tendrá los matices que le hicieron irresistibles a nuestra compra.

Tenemos que estar seguros de que estén completamente secos pues pueden proliferar hongos como ocurre en cualquier otra prenda.

Nosotros recomendamos no utilizar lavadoras y, en el caso, en el que usted quiera lavarla debe saber que lo recomendable es introducir su bañador en una bolsa de algodón como por ejemplo la funda de una almohada, y siempre en el programa de prendas delicadas.

Por último, le aconsejamos que no planche nunca sus bañadores y después de las temporadas de verano, no guardarlos en embalajes de plástico ya que deterioran su tejido.

Estos consejos son fáciles de seguir. Si los tenemos en cuenta podremos contar con nuestros bañadores más tiempo y más ahora, pues la moda del pasado está volviendo y no sabemos cuando los vamos a utilizar.

Si conoces de algún truco no dudes en compartirlo con nosotros.